El Ayuntamiento de Sevilla hace fijos a 200 peones a los dos años de convocar la oposición
200 peones tomaron posesión como funcionarios municipales a resultas de la oferta pública de empleo aprobada en 2005, y tras superar un examen celebrado en febrero de este año. La mayoría son hombres de mediana edad que llevan años trabajando para el ayuntamiento de Sevilla al haber entrado como interinos después de una de las convocatorias anteriores.
De ellos, 147 van a trabajar en la limpieza de colegios y algún edificio municipal, mientras que el resto desempeñarán sus tareas en parques y jardines, en el cementerio, la estación de autobuses y en el mantenimiento de edificios públicos.
Los peones recibieron las felicitaciones del propio alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, y de su delegado de Recursos Humanos, Alfonso Mir. El alcalde les pidió “que estéis atentos a las exigencias de los ciudadanos en los servicios públicos”, así como “una implicación más allá de la contraprestación laboral, porque sois el contacto directo de la ciudadanía con la Administración”.
Sánchez Monteseirín agregó que “después de los grandes trabajos y las grandes obras, éste es el tiempo de las pequeñas cosas, porque no se trata sólo de hacer cosas nuevas, sino también de conservarlas, porque siempre habrá menos recursos que necesidades”.
Los representantes sindicales también estuvieron presentes en el acto. El secretario general de CC.OO., Manuel Gutiérrez Fuentes, expresó su satisfacción por la conclusión de esta oferta pública de empleo, aunque aprovechó para recordar que aún quedan 129 interinos en esta categoría. Gutiérrez lamentó que los procesos sean tan lentos y urgió al ayuntamiento a agilizar las oposiciones y el proceso posterior hasta la toma de posesión.
Una vez finalizado el acto, los peones se incorporaron cada uno a su puesto de trabajo.
El ambiente era de felicidad merecida, ya que algunos de ellos se han llevado 9 años estudiando y se han presentado ya tres veces al concurso oposición, como es el caso de un joven que trabaja en el colegio Carlos V de Torreblanca y que ocupó la primera fila del salón Colón. Uno de los pocos que asistió acompañado fue Rosa Páez, minusválida, destinada al Archivo Municipal, que asistió con su hija, quien aseguró que su madre ha tenido que estudiar mucho.
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