El Gobierno plantea que los alumnos con mejor expediente durante sus estudios lleguen a ser jueces o notarios sin opositar
Son unas de las oposiciones más duras. Convertirse en juez o en notario sin necesidad de realizar oposiciones es la propuesta que ha lanzado el gobierno como promesa si gana las próximas elecciones. Esta reforma del sistema de acceso a la judicatura permitirá a quienes se licencien con mejores académicos acceder a la carrera judicial sin haber opositado.
El número de opositores a jueces o fiscales ha descendido notablemente durante el pasado año, ya que si en 2000 fueron 6.000 los candidatos que se presentaron, en el último proceso de selección fueron 4.000 los que opositaron en estas pruebas. El Gobierno busca, de este modo, que los estudiantes que hayan acreditado excelentes conocimientos jurídicos durante su carrera puedan trabajar como jueces, fiscales o notarios. Eso sí, al igual que los opositores, los estudiantes escogidos por sus méritos académicos para ejercer la carrera judicial ingresarán en la Escuela Judicial de Barcelona para formarse, durante un largo período de tiempo aún por determinar.
Este nuevo sistema pretende complementar al actual modelo de oposición, que se basa en la memorización de temario extenso para cuya preparación se exigen años de preparación y en un posterior período de prácticas y formación en la Escuela Judicial.
Cinco años es la media habitual de preparación de este tipo de oposiciones. Cinco años en los que los opositores deben dedicarse casi al completo al estudio. El gobierno afirma que el sistema actual de acceso a la carrera judicial no responde a las necesidades reales de la sociedad y que, por lo tanto, conlleva que muchos licenciados se decanten por otras salidas profesionales diferentes, de más fácil acceso principalmente.
Expertos en el área de Derecho del centro de estudios Master-D afirman que “la primera impresión ante esta noticia es buena, es decir, cambiaría de forma radical el sistema de acceso siendo más acorde a nuestros tiempos”. Y es que están de acuerdo en el hecho de que el sistema actual no es el mejor, “por el número de temas que se deben memorizar y la disciplina que exige” y, además, no garantiza que el que aprueba la oposición sea el más apto. En cuanto a las discriminaciones, estos expertos opinan que “sí pueden plantearse discriminaciones, pues hay facultades de Derecho cuyo nivel de exigencia es mayor, y por ello las notas son más bajas que en otras facultades que se aprueba con mayor facilidad. Los ejemplos son innumerables y ya se produce discriminación a la hora de acceder a becas. Por ejemplo, un aprobado o un notable en derecho mercantil en la una determinada facultad puede suponer un sobresaliente o una matrícula de honor en otras muchas facultades”.
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