Lleno en las oposiciones de subalternos
Multitudinaria pugna en Silleda por entrar en el cuerpo de funcionarios de la Administración autonómica. Las oposiciones de acceso libre a la agrupación profesional de subalternos –el antiguo grupo E– de la Xunta congregaron ayer en el recinto ferial de la Semana Verde a 6.634 candidatos para un total de 105 plazas, tocando a un puesto por cada 63 aspirantes.
El porcentaje de asistencia se situó esta vez en el 59,7 % de los 11.111 admitidos, por encima de otras convocatorias y atribuible a las dificultades para encontrar empleo en estos momentos en el mercado libre.
La masiva afluencia obligó a la organización a movilizar a un equipo de 300 personas, entre controladores de los exámenes, agentes de seguridad, miembros de Protección Civil, ambulancias del 112 y Policía, que revisó el entorno del pabellón para descartar amenazas de explosivos en las horas previas.
La mayoría de los aspirantes acuden acompañados de amigos y familiares y desde horas antes colapsaron las inmediaciones de la localidad. La prueba ocasionó retenciones en la salida de la autopista AP-53 una hora antes de la fijada para entrar al recinto, las diez y media de la mañana. La escena se repitió a la conclusión de los exámenes en los cascos urbanos de Bandeira y Silleda, donde las familias buscaban un lugar para almorzar.
Para seguir de cerca la convocatoria se encontraba ayer en Silleda la directora xeral de Función Pública en funciones, Mar Rodríguez Fernández, quien explicó que la alta participación se debe en parte a la “obligación de diversificar a la hora buscar trabajo” y también debido a que una parte del temario es común a todos los grupos de la Administración y los opositores, en época de crisis, lo intentan en distintas pruebas.
Ayer era la primera vez que se concentraban los dos exámenes de la oposición en un día, con una primera fase centrada en normativa y una segunda que versaba sobre aspectos prácticos del trabajo a desempeñar. A la convocatoria de subalternos concurrían tres mujeres embarazadas que rellenaron el cuestionario desde el hospital y 360 personas con discapacidad, que dispusieron de más tiempo para completar las pruebas y para las que se reservan ocho de las 105 plazas ofertadas.
Como todos los años, se produjeron anécdotas, como la confusión con el apellido de una de las candidatas que retrasó el inicio del examen hasta casi las 12.00 horas. La organización registró 33 incidencias menores con nombres o apellidos que no coincidían o personas que acudieron sin el DNI y que realizaron la prueba “condicionadas” a la espera de que la administración resuelva qué hacer en cada caso.
Mientras esperaban la llamada para entrar, podía verse a decenas de personas repasando el temario ajenos al ruido del entorno “por si hay suerte”, explicaba Ventura Fernández, que acudía por quinta vez a Silleda y que también prepara las de auxiliar administrativo. La fuerte competencia obliga a diversificar temarios y combinar la oposición con trabajos a media jornada, como hace la lalinense Gemma Riádigos, que llevaba un año preparando las pruebas.
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