Los funcionarios serán inspeccionados en sus puestos de trabajo.
Todos conocemos la fama de los funcionarios, que si no trabajan, que si se marchan dos horas a tomar un café, que si salen de su puesto de trabajo para ir a la peluquería o ir al taller… Y ahora, con la crisis, parece que el Gobierno y otras instituciones quieren frenar esta situación con “observadores” que controlen las funciones y el desarrollo de estas en los distintos puestos de trabajo.
La optimización y la calidad del empleo público dependen de que cada funcionario realice su trabajo de forma correcta, cumpliendo horarios y lo marcado en el estatuto del empleado público.
Si se consigue un funcionariado eficaz, se controlará una parte del derroche económico que supone una plantilla pública con pocas ganas de trabajar, que pone trabas al ciudadano o que tiene una productividad mínima.
Esto para los opositores es fundamental ya que el control de esta parte del gasto público puede suponer un mejor uso de las arcas públicas y a largo plazo una reestructuración de salarios, incrementando la calidad que ya de por sí conlleva el trabajar como funcionario.
Estas inspecciones serán muy útiles, no sólo para comprobar rendimientos, si no para ver las necesidades de personal que se dan en muchas Administraciones saturadas como puede ser la de Justicia.
El empleado público que rinde en su trabajo, u opositores, como tú, que aspiran a desarrollar su carrera profesional en la Administración Pública deben estar contentos con noticias como estas ya que su labor en la sociedad irá adquiriendo prestigio y los ciudadanos dejarán de criticar al funcionariado, evitando que paguen justos por pecadores.
0 (0 votos)