La Mentalidad de un Opositor
La Mentalidad de un Opositor
- Además de todos los elementos externos, existe otro que puede perjudicarnos o sernos de gran ayuda y que poco tenemos en cuenta. Ese elemento es la mente.
- La Organización del Trabajo de un Opositor
Uno de los grandes retos a los que un opositor debe enfrentarse cuando quiere presentarse a una prueba selectiva es a su propia mente. Parece un contrasentido que haya algo en nuestro interior que se convierta en una dificultad a superar, a veces la mayor de todas. Solemos describirla como “nervios”, “estrés”, o “falta de concentración”, entre otras muchas etiquetas. En cualquier caso es evidente que es un problema a resolver.
Cada caso es diferente, pero hay aspectos comunes que se dan en todas las personas a la hora de afrontar un examen, una entrevista, un test o cualquier otro tipo de prueba teórica o práctica. Vamos a referirnos brevemente a los más importantes.
En primer lugar debemos tener disciplina mental. Es uno de los puntos clave, y consiste en el propio autocontrol. Debemos ser conscientes de que nos estamos enfrentando a una prueba importante, pero que si está suficientemente preparada, puede ser superada. La disciplina mental se entrena, y se va obteniendo con el convencimiento de que hemos trabajado la materia, hasta tal punto de que no podemos ir mejor preparados de lo que lo estamos. La seguridad en este sentido lo dan las buenas herramientas, a saber, un temario ajustado y completo, buenos profesionales docentes que han resuelto los problemas y guiado hasta ahí, y un trabajo realizado por el opositor de estudio, profundización y análisis. Todo ello transmitirá la seguridad necesaria y el convencimiento de que es perfectamente posible, por supuesto, superar la prueba; y acabará con los miedos, que son los que generan dichas inseguridades.
En segundo lugar, una buena planificación. Un opositor debe ser consciente de que tiene que repartir su tiempo de la manera idónea, pero a la vez asumir que no va a conseguir su objetivo convenciéndose a sí mismo de que va a aprobar porque se encierre en su habitación, acuda a la biblioteca o asista a su centro de estudios un montón de horas al día. Un opositor necesita rendimiento en ese tiempo de estudio. Muchas veces es preferible tomarse un descanso al percibir una falta de aprovechamiento, que persistir en el intento. Precisamente esa segunda opción puede llevar a que nazca la fatiga, el hastío, el cansancio y por último el desistimiento. El día tiene muchas horas, pero incluso la oposición a priori más difícil permite cierto tiempo de descanso, por otra parte muy necesario, así de ocio.
Por último, y no menos importante, un opositor necesita ayuda, y debe ser consciente también de ello. Ayuda de su entorno más próximo, apoyo y estabilidad. Afrontar una oposición ya es una ardua tarea por sí misma como para ocupar nuestra mente con dificultades emocionales. Son distracciones, y si pueden evitarse, hay que hacer todo lo posible por apartarlas. Pero también necesita ayuda de profesionales cualificados que faciliten el camino a seguir. Profesores, preparadores, orientadores y docentes en general le acompañarán durante todo el trayecto, aconsejándole ante una disyuntiva, resolviéndole las dudas que la temática le produce, animándole en la adversidad y motivándole, aprovechando todo su potencial para convencerle de que sí, de que su sueño puede cumplirse.
Una última cosa, que también piensa a veces un opositor. Apelar a los milagros es un error. Aprobar una oposición no es un milagro. Es el resultado de un trabajo bien hecho y de la suma de buenas decisiones.
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